Por Ricardo Bustos
Al mirar este presente borrascoso de mi querida Argentina, sufro en silencio porque si levanto la voz para opinar sobre algo que creo se está haciendo mal desde la política, al instante me convertiré en un facho, nazi, ultra liberal, Etc.
Hace unos cuantos años, cuando me recibí de locutor nacional en el ISER, viví junto a mis compañeros (la mayoría provincianos como yo) en el último examen, una experiencia inolvidable. En primer término y a decir verdad estábamos todos asustados ya que en esa mesa nos jugábamos el futuro profesional.
Recuerdo que podíamos elegir en Literatura tres escritores y en Música géneros y en mi caso opté por Borges, Sábato y Quiroga (con sus hermosos «Cuentos de la selva», narrativa cautivante y sencilla de explicar) y en Música, como amo el barroco, lo acompañé con Los Beatles en lo contemporáneo y el folclore litoraleño, especialmente el Chamamé en todas sus expresiones, a pesar de ser Bonaerense de nacimiento.
No hace falta explicar mucho la simpleza de Borges y Sábato y la pintura de Quiroga en sus dichos para darnos cuenta de que estábamos ante tres exponentes justos para desarrollar un tema que cerrara con final feliz en el tan mentado examen y lo propio (para mí) ocurría con la música barroca, Los Beatles y el litoral romántico con el Chamamé (sin dudas).
Al tiempo nos dimos cuenta de que quienes habíamos elegido así no estábamos equivocados, ya que a Los Beatles los grabaron las más grandes orquestas de música romántica en el mundo y ni hablar del chamamé, con la inmensa cantidad de valores que nos regaló su música emotiva y testimonial en los versos, a Dios gracias por muchos años más.
Muchas veces uno desea que el tiempo se detenga para seguir disfrutando de aquello que le llena el alma de satisfacción, pero la realidad es otra. Fui comprendiendo que al ser mayores adquirimos la categoría de «descartables» y obviamente, estamos impedidos de pretender al menos explicar a nuestros vecinos pasajeros de este tiempo que hay otra vida, con matices diferentes sin distorsionar el comportamiento humano.
Hoy hasta el mismo Don Luis Landriscina, un grande de la narrativa popular, ha elegido alejarse de los escenarios «populares» para presentarse sólo en eventos que representen para él la esencia de aquello tan noble y sencillo como la realidad misma que le tocó vivir en tantos años de presentaciones.
Cuando en una industria una prenda sale “fallada”, se la aparta de la línea de producción y si miramos para atrás nos daremos cuenta que esta industria llamada “política” ha dejado que muchas prendas “falladas” continuaran por la línea de producción sin que nadie las controle, por ello es fácil comprender el “¿por qué?” de cómo estamos.
No podemos olvidar que en la escuela estudiábamos gramática, caligrafía, ortografía, pronunciación… que nos permitía leer con facilidad para estudiar todas las materias. Recuerdo que en el Secundario llegue a tener 14 materias de las cuales 9 eran primordiales para pasar de año, hoy sin embargo, al escuchar los discursos de quienes ocupan el lugar que les prestamos para que administren lo nuestro (léase políticos y/o gobernantes) nos cuesta creer lo difícil que les resulta hilvanar palabras para cerrar una frase sencilla y por eso es fácil darse cuenta que la mayoría tienen en su discurso un libreto aprendido de memoria en donde se destacan frases como “ la década ganada”, “el crecimiento sustentable”, “salario Universal”, “crecimiento económico”, “la década infame” y algunas mas que solo sirven para engañar al aplaudidor de turno que obviamente, tiene menos posibilidades de progreso y por ello se encuentran cautivos del “Plan” o dádiva.
Siento un enorme deseo de escuchar a Vivaldi, Los Beatles o un romántico y bello Chamamé, leer a Borges o Quiroga o Sabato y mucho me agradaría saber que mis conciudadanos también lo hacen para enriquecer su alma pero la realidad es que hoy 13 millones de personas en el país viven con 50 pesos por día y no creo que tengan ganas de leer a Borges, Sábato o Quiroga o de escuchar a Vivaldi. Por eso no es casualidad que en sus cabecitas hayan ocupado un lugar importante las carreras de “botineras”, “modelos” “mediáticas” o la ¿música? de Los Pibes Chorros, Corre Guachín, Las Pelotas, Alcohol Etílico y Al Palo, entre otros, todos nombres representativos de la cultura actual.
Hoy vemos con mucha pena cuantos millones de Argentinos y extranjeros viven en asentamientos sin la menor condición de higiene para una vida medianamente saludable y según parece a los Gobernantes les reditúa bastante esa condición de sociedad vulnerable y será quizá por eso que tampoco se preocupan en que exista una música pura y un libro “nutritivo” para el conocimiento.
«La cultura y el Estado -no nos engañemos sobre esto- son rivales: el «Estado de cultura» no pasa de ser una idea moderna. Lo uno vive de lo otro, lo uno prospera a costa de lo otro. Todas las épocas grandes de la cultura son épocas de decadencia política: lo que es grande en el sentido de la cultura ha sido apolítico, incluso anti político» – Friedrich Nietzsche (1844-1900), filósofo.
El autor es: Locutor Nacional-Comunicador
Capiovi Misiones, Argentina
DNI 7788556